lunes, 15 de octubre de 2012

DETRÁS DE UNA MIRADA TÍMIDA




Ya estamos a mediados de octubre y la mayoría de los niños han superado ya su adaptación en el colegio. Pero no todos han reaccionado igual a esta nueva etapa de su vida. Recientemente algunas madres me han manifestado su preocupación porque sus hijos no se relacionan con nadie en clase, se muestran tímidos o inseguros. ¿Qué podemos hacer en estos casos?



En primer lugar hay que tener en cuenta las fases del proceso de socialización:
  • Un bebé empieza su socialización en cuanto entra en contacto con el mundo
  • A partir de los 2 años aproximadamente empieza la curiosidad por jugar con otros niños
  • A partir de los 3 años tiene la capacidad necesaria para hacer amigos
  • A partir de los 5 distinguirá perfectamente sus preferencias por jugar con unos u otros niños


Así pues, si vuestro hijo tiene 3 años, acaba de empezar el colegio y prefiere jugar solo en el patio, relajaos, todavía es pequeño, quizá su adaptación se prolongue más de lo habitual. No es un problema.

Ahora bien si esto se alarga durante todo el curso o en edades posteriores, debéis reflexionar:

  • ¿Cómo es su contexto social y familiar?
  • ¿Cómo juega?
  • ¿Cómo es su relación con mamá y/o papa?


Las primeras relaciones sociales de un niño se construyen en su familia. Cada uno tiene su propia personalidad y el niño de por sí puede ser tímido. Ahora bien, el contexto en el que vive lo puede acentuar. Por ejemplo, los celos a un hermano pueden intensificar la tímidez como reacción para llamar la atención de los padres. O al contrario, si no hay hermanos y es hijo único, carecerá de un modelo a seguir para su socialización. En este caso los padres son el primer sujeto de interacción. Sacad tiempo para jugar con él.

A partir de los 3 años, jugad con él pero también con otros niños: id al parque, organizad fiestas, dejad que vaya a casa de amigos o familiares sin vosotros. Hay que romper la dependencia maternal.

Hasta los 3 años la madre es la figura que más seguridad le da a un hijo. Incluso por encima del padre. Si a partir de esa edad el niño no busca nuevas relaciones es porque no se siente seguro.

¿Qué hacer en estos casos?

No pasa nada, es todavía pequeño y hay que darle tiempo pero podéis aplicar algunas pautas para que vea que no pasa nada si mamá no está, para ayudarle a ganar confianza y autonomía:

  • Que aprenda a jugar solo
  • Evitar la sobreprotección
  • Que las tareas divertidas las realice con su padre
  • Que las tareas menos agradables las haga con su madre
  • Fomentar la interacción con niños de su edad en parques o talleres lúdicos


La confianza en sí mismo es fundamental para un niño. La inseguridad y el temor son sentimientos normales ante situaciones que no controlamos pero pueden llegar a convertirse en un problema si afectan a su actitud ante la vida, limitan su curiosidad e incluso generan una tensión constante que pueda derivar en efectos fn la edad que tengannductas extrañas. Segfo generen una tensiriosidad innata al nirolamos pero pueden llegar a convertirse en unísicos.

¿Cuándo debemos preocuparnos?

Si a medida que crece aparecen conductas extrañas en el niño:

  • Llantos inexplicables
  • Ansiedad
  • Agresividad
  • Golpes, mordiscos
  • Incapacidad para estar con otros niños
  • No habla, no cuenta lo que le pasa, se aísla.


Si aparecen efectos físicos fruto de la tensión constante:
  • Incontinencia
  • Contracturas
  • Problemas digestivos
  • Tartamudeo


¿Qué hacer?

Pedir ayuda psicopedagógica porque, una vez estudiado el caso especifico del niño, os podemos recomendar pautas adecuadas. En todo caso, y de forma general,  seria aconsejable:
  • Mantener con él un diálogo constructivo
  • Darle confianza para que decida por sí mismo y se exprese
  • Fomentar su creatividad
  • Facilitar un entorno de exploración seguro, que sepan que no pasa nada si se equivocan
  • Ser pacientes

2 comentarios:

  1. estupendo post como siempre sara! :) sobre todo remarcar la importancia del juego en esas edades tan tempranas, es fundamental por todo lo que el niño experimenta y puede expresar, con nuestro acompañamiento, claro.

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  2. Gracias, Bego. Totalmente de acuerdo. Facilitarles el juego libre es una actividad fundamental.

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